lunes, 21 de marzo de 2016

Bienvenidos a "El Cielo"


--¡Muy buenos días! ¿Qué tal Ramírez? ¿Su nena?

--Buen día, jefe. Bien, mucho mejor. No sabe lo que le agradezco que haya intercedido para que la pueda cuidar mi mamá.

--No es nada, Ramírez, si no nos damos una mano entre nosotros... ¿Todo listo?

--Todo a punto. Dígame las cantidades y empezamos el procedimiento.

--A ver... ¡Puf! Cada vez mandan más gente a "El Cielo", en total son diecisiete mil ochocientos 
treinta y cuatro.

--¿Qué? No podemos. Esta estación no está diseñada para tanta gente. Tendremos que hacerlo por tandas.

--Imposible. Nos retrasaría días. Haga las modificaciones que sean necesarias y rapidito, Ramírez, que con la nueva ley, cada vez van a ser más.

--¿Qué nueva ley?

--¿No se enteró? Ah, perdone Ramírez, me olvido que desde la muerte de su mujer usted tiene que compensar las horas de producción. Por eso no tengo hijos, je je. Con la Ley de Equiparación de Derechos, el Nuevo Orden dispuso que a partir de hoy todas las personas que estén desempleadas durante más de tres meses sean enviadas a "El Cielo" junto con su carga familiar. No me mire así, Ramírez, no es justo que el hijo de un improductivo, por ejemplo, tenga los mismos derechos de consumo que su hija, cuando usted trabaja dieciocho horas diarias.

--Pero necesitamos hacer más investigaciones, reprogramar los sistemas... Es muy peligroso, me niego a trabajar así como así con niños.

--¿Se niega? Me extraña, Ramírez, es usted un científico, tiene más de cuarenta años y dos personas a cargo. ¿Adónde va a ir a buscar trabajo? Empiece a apretar esos botones, o dentro de tres meses lo veo a usted, a su madre y a su hija en la cola de la criogenia. A mí me da igual.

           FIGURAS LITERARIAS

Anáfora: Por más que quiso andar no anduvo sino andando su pesar

Antítesis: No quise oírle  pero mis pensamientos quedaron meciéndose con las palabras que me lanzó.

Epíteto: En el brillo de tus crines, caballo de rejoneador, se adivina el corazón de tu cuidador.

Hipérbole: Fui hormiga bajo tus pies gigantes, más el mar desbordaste con tu dolor 

Onomatopeya: Tintin tintineaba la copa con el retintín del tenedor

Personificación o presopopeya: Murió hecho mil pedazos aquel vaso que me regaló, cuando seducido por el abismo, de la mesa al suelo saltó. 

Símil o comparación: Así como la cigüeña construye su nido  con paciencia y tesón, así me prendiste el alma, y como el musgo a la roca, así prendida quedó.

Retruécano: El verde de tus ojos, con verde esperanza mi corazón templó.

Hipérbaton: De corazón frío e inerte, templanza dulce y serena, me hiciste de su vida dueña; cálido y latente el corazón.

Reticencia: Vete y no vuelvas porque... Calló sin más, pero su mirada...

Deprecación: A los ángeles  alados que respiran compasión, ruego por Dios me des paso, como el amanecer se la da al sol.

Elisa G.G.




EL POEMA SIN LA PALABRA

Desde la cumbre, el ocaso 
se hace quietud en la sangre,
solo un puñado de sol
disperso en los chinarrales
presta su oro a la espaciosa 
concavidad de la tarde.
El silencio es la palabra
de las primeras edades.
Sin mácula de rapsodas
el poema del paraje
vocaliza en sus orillas
de silencio, piedra y aire.
Mi pequeñez de poeta
llora el idioma inefable.
¿Dónde los primeros versos
mundo perfecto sin nadie?
¿Quiénes perdieron tu idioma
en la Babel del lenguaje?

Atardecen mariposas
lánguidas, de cielos suaves, 
tinta blanca en el papiro 
de indecisas claridades, 
son sus alas los fonemas
gráciles de los cantares.
Tardías de sol y pinos,
cuatro palomas torcaces
navegan por el relente. 
¡Cuatro veleros por mares
ignotos de marineros!
¡Gráciles barcos del aire...!

Desde la llanura en sombras
silenciosas humedades
ponen música al silencio
 de las choperas del valle.
¿Dónde el idioma perdido?
¡Que no me conteste nadie!
*
                                                           21/03/2016
                                                                  día de la poesía

lunes, 7 de marzo de 2016





   PASIÓN

   Descendió de la falla y se llegó hasta mí hermosa, pícara, seductora. Sin más preámbulos me propuso sexo sin límites ni tabúes, apremiándome --Ahora o nunca.
   Tiró de mí hasta un rincón oscuro. 
   Exigente, dulce hojaldre, crujió entre mis brazos. Olía a pintura, a cola, a querencias de humo.
   La temida lluvia marcera se inició con fuerza. Empapado, contemplé a mi amada. El rímel ensuciaba sus mejillas, y de su ropa se desprendían bordados y lentejuelas. Aquella criatura, cartón mojado, se desmoronó. 
   El agua, en torrente,  empujó los restos hasta el sumidero de la alcantarilla.


Fernando Garrido Redondo
Relato galardonado por el periódico Levante
en el concurso de MICRORELATOS FALLEROS
Volumen V
Marzo/2016.




   EPÍLOGO
 
   Como en un teatro, el público fue marchándose.
   Se apagaron los focos y callaron la música, las risas y las voces. Luego, en la madrugada, se hizo el silencio. Donde antes fueron luces, fiesta, tracas, queda solo ceniza húmeda. Tengo las piernas pesadas y el estómago revuelto. He callejeado kilómetros y he comido hasta la saciedad buñuelos con chocolate..., pero no es esa la causa de mi malestar y de mi tristeza. Soy consciente de que con las fallas se ha quemado también mi juventud. Ya viejo, soy más humo que fuego.

Fernando Garrido Redondo
Relato que obtuvo el segundo premio
en el concurso de MICRORELATOS FALLEROS
organizado por el periódico Levante.
Volumen  IV
Marzo/2015.


Ejercicio de figuras del lenguaje

POEMILLA AMOROSO

EJERCICIO DE FIGURAS DEL LENGUAJE

Poemilla amoroso



SÍMIL
Como el viento me deslizo, amor, --Incluyendo la partícula «como» destaca el parecido de las dos cosas.
como el viento.

METÁFORA
Y es mi frente la Caja de Pandora... --Convive algo real (la frente) con algo imaginado (la Caja de Pandora)
Pensamiento



PROSOPOPEYA
donde baila la luna enamorada, --Antropomorfismo. Atribución de cualidades vitales a cosas inanimadas
sin aliento.



ALEGORÍA
Y, en lo alto, cual alas de paloma, --Alegoría metafórica
yo, irredento,



SINESTESIA
veo tu silencio, gusto tu mirada --Figura retórica que fuerza la relación entre distintas sensaciones
y no te siento.



METONIMIA
Ven...que del agua de tu sed --Cambio semántico. Sería el desierto de tu sed, no el agua de tu sed.
estoy sediento


F.G.R.





De los cinco sentidos: EL OLFATO
(Relatos cortos)
Tres borradores sobre el mismo tema

I

   Deambuló semiinconsciente, esquelético, vacilante y torpe por la ciudad desierta. Extenuado, se derrumbó sobre un banco de piedra con la cara desencajada y la mirada perdida. Tras un estremecimiento dobló la cabeza sobre el pecho, se inclinó lentamente sobre un costado y los brazos se le descolgaron flácidos, oscilantes como péndulos.
   La muerte se había instalado en el último ser humano vivo sobre la tierra.
   Todo había ocurrido de un  modo harto extraño. El hombre, como especie, había perdido su sentido del olfato y con ello,  atrofiadas las glándulas salivares, el gusto; convirtiendo la ingesta de alimentos en un verdadero suplicio
   He aquí -y esto solo lo sé yo que soy un ángel- cómo La Naturaleza se ha defendido de su gran depredador, de su asesino.
   Ahora, la que fuera nuestra madre, liberada del matricidio que estaba padeciendo, ha concedido a minerales, vegetales y animales los aromas que en el principio de los tiempos deleitaron a Adán y Eva en el Paraíso Terrenal.



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II

   Como respuesta a unas explosiones atómicas provocadas en el subsuelo del desierto de Arizona, la raza humana dejó de percibir los olores primero y los sabores después.
   Incapaces de comer, murieron por inanición y el planeta quedó despoblado de seres inteligentes durante unos cientos de miles de años, hasta que nuevos individuos bípedos y de cerebro desarrollado conquistaron valles, desiertos y montañas, iniciando otra vez el proceso destructivo y su propia destrucción.
  Y así será eternamente hasta la consumación de los siglos

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III


   Debido a una lluvia de aerolitos, el planeta Tierra quedó arrasado. No sobrevivieron ni plantas ni animales, solo un pequeño grupo de ocho hombres y cuatro mujeres que se habían  refugiado en un complejo antiatómico subterráneo. Permanecieron diez largos años sin salir a la superficie. Cuando al fin se arriesgaron descubrieron contentos que la tierra estaba poblada de plantas de bellos colores que no existían antes, pero que se ofrecían a su necesidad de alimento. Murieron después de la primera ingesta. Su falta de olfato no les permitió detectar que todas las frutas, todos los hongos, todas las hierbas, eran venenosas
.

¿Figuras literarias?


Figuras literarias dentro de una narración.
Tumbado en la cama, sobre un colchón de muelles que chirría al más leve movimiento -ñeeec, ñeeec- (Onomatopeya), observa meditabundo el gris cemento (Epíteto) del techo, al que ni siquiera se han molestado en dar una capa de pintura.

Ha merecido la pena, se dice, aunque sus planes no han salido de la manera prevista en un principio, al final ha ganado más de lo que ha perdido. Ahora es un maldito héroe para algunos, un puto psicópata para otros, tal vez tenga parte de los dos. Lo que está claro es que no ha dejado indiferente a nadie. A él eso le importa bien poco, porque todo es relativo, él también es relativo.
La prensa opina que se le fue de las manos, para nada, no pueden estar más equivocados, todo estaba planeado, hasta el más nimio e insignificante detalle. Que su vecina formara parte del cuerpo de la guardia civil, no había sido una mera coincidencia. Al igual que no había sido aleatoria la elección del hombre al que había atormentado. Podía haber sido otro cualquiera, pero no, tenía y debía ser él. Para muchos, un pobre diablo desgraciado marcado por el pecado, por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Otra vez se equivocaban, no buscaba justicia, no buscaba venganza, solo buscaba dolor, alivio, lágrimas, descanso, liberación (Antítesis).
Creen que su intención era matarlo, pero eso nunca estuvo entre sus planes, él no es un vulgar asesino, es un realista. Un realista que trabaja con el cuerpo, con la mente, con el sufrimiento. Un realista que pretende dejar una huella constructiva en la inmensidad del universo. Un universo poblado por humanos, humanos que perdieron la razón hace mucho tiempo (Anáfora). La muerte era algo que aquel hombre no se merecía, porque la muerte es una liberación. ¿Hay algo peor que la muerte? Por supuesto que lo hay: ¡el dolor!

Sin embargo, no planeaba enamorarse. Si es que puede llamarse amor a eso que siente. No está seguro. Quizá ese sentimiento sea la prueba de que no es un psicópata, ¿o sí?
Unos pasos que se acercan por el pasillo le devuelven a la realidad, al presente, al aquí y ahora. Se yergue y hecha los hombros hacia atrás, sacando pecho. Le anuncian en un tono despectivo que “su guardia civil” ha venido a verle.

Pevima.